Una mamada es mejor que ver la tele
La tele no es suficiente entretenimiento para este cabrón que aprovecha que la rubia también tiene ganas de polla para darle la suya, buscándola la zorra mientras se quita la ropa... El afortunado pervertido le folla la boca tocando con la punta del nardo la campanilla de la cerda, que descansa lamiendo de arriba a abajo todo el tronco, notando como la leche empieza a chorrear.